EL BROCHE FINAL: Santo Sepulcro y La Soledad.

Tras la estación de penitencia de la mañana de Viernes Santo, del Cristo de la Expiración y María Stma. del Amor, Villacarrillo queda en silencio.

Cristo ha muerto en la Cruz y ya se espera la últimas manifestaciones semanasanteras de la localidad, el Santo Entierro del Señor y María en su “Soledad”.

Al caer el sol, en la tarde del Viernes, son dos Cofradías las que ponen el broche final a la Semana de Pasión Villacarrillense, la Cofradía del Santo Sepulcro y la Cofradía de Ntra. Señora de los Dolores “La Soledad”.

Nada tienen que ver estas estaciones de penitencia con el resto que procesionan en este municipio. La austeridad, el recogimiento, el silencio y la seriedad, caracterizan los desfiles procesionales de estas dos Cofradías. Unos rasgos muy requeridos para ambas iconografías, por el luto de la muerte de Cristo y la tristeza y el desconsuelo de la Virgen.

Las dos desfilan juntas y salen de la misma Sede Canónica, la iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción.

El negro riguroso y las tenues luces de los faroles de sus penitentes, envuelven el cortejo del Santo Sepulcro. El sonido monótono de los tambores y bombos, abren el paso junto a la Cruz de Guía.

Justo detrás, el estandarte con la insignia de la Cofradía que anuncia el paso de la santísima tumba de Jesucristo.

La caja de cristal flanqueada por pequeños ángeles con los símbolos de la pasión, los claveles y lirios del adorno floral y los cuatro cirios, descansan sobre los hombros de sus portadores.

El silencio inunda la calle al paso de la imagen inerte de Jesús.

Envuelto en seda y lino,

al bajarlo de la cruz,

en un entierro divino,

sepultaron a Jesús.

Tras el paso del Santo Sepulcro, la Virgen de los Dolores comienza su discurrir.


El estandarte con su imagen, de reciente estreno, abría el cortejo acompañado de los magníficos faroles guía.

Una de los atributos más peculiares de esta Cofradía, son los dos trajes de estatutos que posee. La tradicional indumentaria de las mujeres de mantilla y el traje de penitente, introducido hace unos años (túnica, caperuz y alpargatas negras y capa y cíngulos dorados).
Hasta hace unos años, la talla de “La Soledad”, era el único icono mariano en la Semana Santa de Villacarrillo. Por lo tanto, una de las imágenes más queridas y veneradas de la localidad.

El paso de la Señora de los Dolores es portado bajo palio y conformado también por otros elementos, como son: la elegante candelería, el color pureza de su exorno floral y las bellas y, ya tradicionales, flores de cera. Todo ello acrecentando, aún más si cabe, la delicada belleza de la Dolorosa.

Detrás del sepulcro va,

la estrella más reluciente,

sus ojos parecen fuentes,

llorando de soledad.

Es la última en procesionar y embarga de sentimiento al pueblo. Es la que más se hace esperar y la que más devoción logra conseguir. Es la Soledad, la Reina de la Semana Mayor de Villacarrillo.

Poco a poco el Viernes Santo va tocando a su fín y es ineludible el momento de ver encerrarse a estas dos Cofradías. Es un momento de gran emoción para sus cofrades.
Las filas de penitentes se unen entre sí, los estandartes caminan juntos en sus últimos pasos y con las sublimes marchas interpretadas por la Agrupación Musical de la Expiración (que acompañaba a la Virgen), los dos pasos suben uno tras el otro la cuesta de Vandelvira.

Fotografías: Jose Luis Vázquez y Vicente Moya.

Mi agradecimiento a Jose Luis por facilitarme la mayor parte de material gráfico de este artículo, sin el cual no habría podido ilustrar el mismo.

Videos extraídos de Youtube, autor: "nazarenovillaca".